Querida Familia Carismática,

Jesús resucitó para que tu y yo, aunque destinados a la muerte, no seamos pesimistas, pensando que con la muerte se nos acaba totalmente la vida; Cristo ha resucitado para darnos esa gran Esperanza.

Muchas veces nos hacemos preguntas angustiantes sobre la existencia del ser humano y una de ellas es esta:¿qué nos espera después de la muerte?

Esta Pascua de Resurreccion nos permite respondernos a esta gran pregunta confirmando que la muerte no tiene la última palabra, al final de los finales es la Vida la que triunfa. Estamos seguros de esto no basados en razonamientos humanos, sino en un dato histórico de fe: Jesucristo, crucificado y sepultado, ha resucitado con su cuerpo glorioso. Jesús ha resucitado para que también nosotros, creyendo en Él, podamos tener la vida eterna. Este anuncio está en el corazón del mensaje evangélico. San Pablo lo afirma con fuerza: «Si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo». Y nos dice: «Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados» (1 Co 15,14.19).

Desde el alba de la Pascua un nuevo ciclo de esperanza llena nuestra humanidad; desde ese mismo día nuestra resurrección ya ha comenzado, porque la Pascua no marca solamente un momento de la historia, sino el inicio de una condición nueva: Jesús ha resucitado no porque su recuerdo permanezca vivo en el corazón de sus discípulos, sino porque Jesus mismo vive en nosotros y en Él ya podemos disfrutar la alegría de la vida eterna.

Por tanto querido hermano, hermana carismatica, la resurrección no es un cuento, sino una realidad histórica que ha sido revelada por el Hombre Jesucristo mediante su «pascua», su «paso», que nos ha abierto una «nueva vía» entre la tierra y el Cielo (cf. Hb 10,20). Este suceso Hermanos no es un mito ni un sueño, no es una simple visión, no es una fábula, sino un acontecimiento único que no se va ha repetir: Jesús de Nazaret, hijo de María, que en el atardecer del Viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba. Al amanecer del primer día después del sábado, Pedro y Juan hallaron la tumba vacía. Magdalena y las otras mujeres encontraron a Jesús resucitado; lo reconocieron también los dos discípulos de Emaús en la fracción del pan; el Resucitado se apareció a los Apóstoles aquella tarde en el Cenáculo y luego a otros muchos discípulos en Galilea.

No nos amedrentemos en esta batalla pacífica comenzada con la Pascua de Cristo, el cual, busca hombres y mujeres que lo ayuden a afiancar su victoria con esa armas, que son la de la justicia y la verdad, la misericordia, el perdón y el amor.

Feliz Pascua de Resurreccion !!!!!!

Diacono José Chirinos, 

Director Espiritual RCCH de Miami 

Nos vemos en un Grupo de Oración !!!! 

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